Descripción

Oráculo de Plantas – Baraja Ilustrada

El Oráculo de Plantas es mi primer proyecto simbólico y, en muchos sentidos, el origen de todo mi universo creador actual. Fue la primera vez que me permití trabajar desde la intuición, desde la emoción y desde mi relación íntima con las plantas, sin pretender hacer un herbario académico ni una obra estrictamente botánica. Este oráculo nació como una lectura muy personal del mundo vegetal: una puerta de entrada a la curiosidad piruja y simbólica que siempre había estado conmigo, pero que hasta entonces no había tenido forma física ni voz propia. Es un proyecto creado desde la honestidad de su momento, una colección que refleja quién era yo entonces, cómo observaba el territorio, qué significados encontraba en cada planta y qué emociones despertaba en mí el simple acto de pintarla.

La baraja está formada por 30 cartas ilustradas a mano, cada una dedicada a una planta vinculada a mitos, relatos, usos mágicos y creencias populares. Sin embargo, el enfoque principal no es la recopilación académica del folclore vegetal; eso llegó después, años más tarde, cuando empecé a embarrarme profundamente en la investigación antropológica, las microhistorias y los rituales tradicionales. Este oráculo es anterior a todo ese camino. Por eso tiene un carácter tan especial: conserva la frescura, la sinceridad y la subjetividad de una creadora que aún no se había adentrado del todo en los vericuetos del patrimonio inmaterial, pero que ya miraba las plantas como pequeñas guardianas de relatos.

Estéticamente, las cartas beben de múltiples fuentes históricas. Por un lado, tienen la influencia clara de los bestiarios medievales, de sus composiciones planas y de su capacidad de combinar información natural con simbolismo. También aparecen ecos de las iluminaciones alquímicas, con sus diagramas misteriosos, sus metáforas ocultas y su manera de utilizar las plantas como puerta hacia otro nivel de lectura. El oráculo recoge también la expresividad de los relieves románicos, su simplicidad deliberada, sus líneas limpias y su capacidad de narrar más con la forma que con el detalle. Por último, hay una presencia evidente de la estética de las vasijas griegas, no solo en algunos contornos y decisiones compositivas, sino también en la forma de jugar con mitos, diosas y arquetipos que se asoman entre las hojas.

A diferencia de otros proyectos inspirados en manuscritos o miniaturas medievales, no utilicé los colores saturados clásicos del periodo—rojos intensos, verdes brillantes, azules mineralizados—que forman parte del imaginario iconográfico del medievo. En su lugar, trabajé con mi propia paleta: tierras, ocres, verdes suaves, marrones secos, dorados apagados y tonos que recuerdan a los campos en otoño o a las primeras semanas de primavera, cuando el color aún está despertando y todo parece bañado por una luz tranquila. Es una paleta serena, equilibrada y profundamente ligada al territorio que habito: la meseta, la estación fría, la calma vegetal previa al estallido.

Las plantas representadas no pretenden ser ilustraciones botánicas científicas; no están hechas para ser clasificadas en un herbario o medidas en términos académicos. Sin embargo, sí están pensadas para ser reconocibles de un vistazo, para transmitir la esencia visual de cada planta de manera clara y directa. Son imágenes que combinan simpleza y detalle, que buscan un punto medio entre la fidelidad al modelo y la libertad interpretativa. Cada carta es un pequeño retrato emocional, una síntesis entre la forma real de la planta y mi vínculo personal con ella.

El oráculo se acompaña de un cuadernito de grapa donde se recogen los significados de cada planta organizados en tablas de correspondencias. Está disponible en cinco idiomas (español, inglés, alemán, francés e italiano), lo que hace que la baraja sea accesible para personas lectoras y coleccionistas de distintos países. Este cuaderno no pretende fijar significados universales, sino ofrecer un punto de partida para la interpretación personal: una invitación a dialogar con cada planta desde la sensibilidad, la intuición y la experiencia.

El Oráculo de Plantas es, en esencia, un proyecto de transición: el primer paso hacia un camino que después he recorrido con mayor profundidad en folclore, simbolismo y creencias populares. Pero esa primera mirada tiene algo que no se repite: la frescura, la vulnerabilidad y la verdad del momento en que fue creado. Si hoy pintara estas plantas, seguramente serían distintas. Y precisamente por eso esta baraja tiene un valor especial: es un retrato fiel del instante en el que nació mi manera de contar el mundo vegetal.

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